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RIESGOS CLIMÁTICOS ANTE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

El 26 de marzo, Día Mundial del Clima, publicábamos nuestro apoyo al trabajo de nuestros colegas en el programa de Climate Kic, pionners into practice, en este caso y gracias a la colaboración de Ana Vargas Ortega, os compartimos un extracto del informe RIESGOS CLIMÁTICOS ANTE LA PERSPECTIVA DE GÉNERO publicado por el Instituto de las mujeres.

Ante la necesidad de implementar la perspectiva de género dentro de las políticas medioambientales, el Ministerio de Igualdad, junto con INMUJERES y el Ministerio para la Transición ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), firmaron en junio de 2021 un Protocolo General de Actuación que favorece dicha incorporación en materia de género en la transición ecológica. Con ello, se ha realizado un estudio basado en una encuesta de opinión cuya muestra representa la diversidad de la población española. Esta encuesta determina la posición de mujeres y hombres en cuestiones climáticas, además de pronosticar el impacto vital en cada individuo según su género. Con una muestra final que sobrepasa las 1.200 personas, el estudio ha servido asimismo para analizar, teniendo presente la distinción de género, el conocimiento que existe sobre el cambio climático, la predisposición para mitigarlo y adaptarse, y la legitimidad atribuida a las instituciones a la hora de gestionar situaciones de riesgo por motivos climáticos.

El diagnóstico de la encuesta muestra claramente la distinción entre mujeres y hombres, estas más sensibilizadas pese a los obstáculos de los roles de género de la sociedad. Los resultados, a continuación, se sintetizan teniendo en cuenta los siguientes puntos.

  1. Conocimiento en materia y sensibilización. Las mujeres tienen una media significativamente más alta que los hombres al estar más concienciadas por el impacto del cambio climático, y con mayor preocupación ante los efectos directos sobre su salud y su vida cotidiana (sobre todo por la mala calidad del aire y las olas de calor). Por defecto, existe un mayor número de hombres que se posicionan, tanto en el presente como de cara al futuro, indiferentes ante los efectos, lo que coincide con un menor número de hombres que opina vivir en una zona de riesgo. Si bien, el 84% de mujeres está experimentando las consecuencias del cambio climático frente al 71% de hombres, lo que en general supone una tasa alta, 4 de cada 5 personas.
  • Efectos del cambio climático. Los fenómenos climatológicos más preocupantes son los incendios forestales (82%) que, de acuerdo con el estudio realizado, tienen especial riesgo en Canarias, Aragón y Cataluña. Estos van seguidos por otros más extremos donde se aprecia con más claridad la preocupación de las mujeres, como son el calentamiento global, la contaminación del aire y las sequías (con un 80%). Mientras que los fenómenos de mayor riesgo los constituyen, con un 74%, las olas de calor y el calentamiento global, donde nuevamente las mujeres obtienen porcentajes mayores, un 78% frente a 69% en hombres.

Cabe resaltar que las consecuencias más recurrentes en la población son las que se dirigen al individuo, referidos a su economía (subida de precios de la luz) o a la salud (enfermedades crónicas, nuevamente por parte de más mujeres que hombres), por encima de catástrofes más generales que quedan en segundo plano. No obstante, cerca del 60% de los encuestados afirman sentirse poco preocupados directamente, y solo un 34% cree vivir en zona de riesgo. A esto último se suman otras variables sociológicas como la localización destacando aquí el territorio de Andalucía y parte del Levante peninsular e insular por considerarse zona de riesgo general.

Otros fenómenos de riesgo, especialmente en el Levante, la Cornisa Cantábrica y el Atlántico Norte, son las lluvias torrenciales y fenómenos costeros.

  • Vulnerabilidad. El grupo más vulnerable con mayor necesidad de cuidado es la población de tercera edad, por encima de otros colectivos. Dicho cuidado tiene vinculación estrecha con los roles de género en tanto que suele relacionarse con la figura de la mujer. Asimismo, las mujeres y los hogares liderados por mujeres se ven avocados a sufrir más arduamente las consecuencias de un desastre climático.
  • Acceso a la información. Por otro lado, es visible el impacto de los roles de género tradicionales en cuanto al acceso a la información. Mientras que las mujeres siguen informándose desde espacios más domésticos, los hombres tienen mayor acceso en entornos públicos. Aunque tanto hombres como mujeres se informan sobre el cambio climático mediante noticias de los medios de comunicación, seguido de internet, las fuentes oficiales o gubernamentales y las redes sociales.
  • Mitigación y adaptación. A la hora de mitigar activamente el cambio climático, las mujeres participan más frecuentemente en la mayoría de las acciones sugeridas en la encuesta, aunque de nuevo desde un entorno más doméstico y con menor poder adquisitivo que los hombres, que participan más colectivamente, como en el movimiento ecologista, y realizan compras más costosas, como vehículos ecológicos. Pese a esto último, los hombres se acercan a un mayor escepticismo e inactividad.

En general, el porcentaje de población predispuesta a cambiar más trasversalmente su estilo de vida es aún bajo, quedando relegadas las acciones colectivas ante las de carácter individual y privado. En cuanto a las medidas de adaptación, también depende el género de la persona encuestada para apostar por unas medidas u otras por parte de las administraciones públicas, en tanto que los hombres se muestran más escépticos mientras que las mujeres optan por opciones como contratar un seguro para posibles catástrofes. Igualmente, las mujeres se sitúan en primera línea para impulsar los planes de emergencia, con un 3’48 por encima de los hombres con 3’26.

Respecto a las administraciones públicas, hay un consenso de mayoría con un 93% en cuanto a la necesidad de iniciativas públicas de prevención, la facilitación de recursos y una mayor campaña de información, para la población proveniente de zonas de riesgo.

En términos generales, este estudio constituye uno de los primeros pasos que conducen a la realización de indicadores de doble transversalidad: igualdad de género y cambio climático. Teniendo otros recursos como estudios científicos y reportes, donde destaca ONU Mujeres, que ilustran detalladamente la mayor vulnerabilidad en las mujeres en lo que concierne al cambio climático, y la necesidad de elaborar planes de actuación que incorporen la interseccionalidad. De tal forma que se desarrollen estrategias conjuntamente en la acción por el clima y en la igualdad de género, en las que la mujer lidere como agente clave, dada su mayor concienciación y afección. Por tanto, es imprescindible mantener un compromiso político con acciones más colectivas e inclusivas que presten especial atención a los planes de prevención (mitigación y adaptación), además de seguir realizando estudios como el presente para conseguir el mejor resultado más inclusivo posible.

REFERENCIAS:

Coordinación del estudio: Servicio de Medio Ambiente y Cambio Climático. Subdirección de Programas del Instituto de las Mujeres. Con la colaboración de: Personal experto de la Oficina Española de Cambio Climático, de la Agencia Estatal de Meteorología y de la Unidad de Igualdad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) Estudio realizado por RED2RED

Para ver el estudio completo: https://www.inmujeres.gob.es/areasTematicas/MedioAmbienteCambioClimatico/Docs/RiesgosClimaticosPerspectivaGenero.pdf

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